Una apuesta por democratizar el conocimiento y formar ciudadanos científicos
Por Olga Lucia Ostos
Basado en: Blanco Valbuena, C. E. (2024). Generación de conocimiento en los centros de ciencia de Colombia para el desarrollo de capacidades científicas en los ciudadanos. Revista Internacional del Instituto de Pensamiento Liberal, 1(1), 53–84.
En un mundo donde la desinformación prolifera y los retos globales exigen pensamiento crítico, los Centros de Ciencia se perfilan como espacios vitales para el futuro. En su artículo publicado en la Revista Internacional del Instituto de Pensamiento Liberal, Carlos E. Blanco Valbuena analiza el papel estratégico de estos centros en Colombia para formar ciudadanos con capacidades científicas.
Pero ¿qué es exactamente un Centro de Ciencia? Más allá de ser museos interactivos, son espacios de aprendizaje no formal donde niños, jóvenes y adultos pueden experimentar, preguntar, equivocarse y descubrir por sí mismos. Son laboratorios abiertos de curiosidad, donde el conocimiento se democratiza y se pone al alcance de todos.
El artículo destaca cómo estos espacios han evolucionado en Colombia desde la década de 1990 hasta convertirse en actores clave del ecosistema científico. Han pasado de ser lugares recreativos a plataformas de divulgación, innovación educativa y apropiación social del conocimiento.
Blanco Valbuena propone una mirada prospectiva: ¿cómo pueden los centros de ciencia contribuir a una ciudadanía científica? Es decir, a formar personas que no solo consuman información, sino que comprendan los procesos científicos, participen en debates sobre tecnología y tomen decisiones informadas en temas que van desde las vacunas hasta el cambio climático.
Uno de los grandes aportes del artículo es su énfasis en la inclusión: los centros de ciencia no deben ser elitistas. Deben llegar a las zonas rurales, a las comunidades indígenas, a los jóvenes que nunca han pisado una universidad. Solo así se puede hablar de equidad en el acceso al conocimiento.
El autor también señala que estos espacios deben adaptarse a los cambios tecnológicos, incorporando inteligencia artificial, realidad aumentada y herramientas digitales, sin perder el foco humano. La ciencia no solo se aprende con microscopios, sino también con historias, emociones y vínculos comunitarios.
En suma, este artículo es un llamado a que Colombia invierta más en sus centros de ciencia. No solo como política educativa, sino como estrategia de país. Porque un pueblo
científicamente educado es un pueblo más libre, más crítico y más preparado para los desafíos del siglo XXI.
Referencia: Blanco Valbuena, C. E. (2024). Generación de conocimiento en los centros de ciencia de Colombia para el desarrollo de capacidades científicas en los ciudadanos. Revista Internacional del Instituto de Pensamiento Liberal, 1(1), 53–84.